
Kerkhof, de 41 años y que se ha convertido en un héroe en su cuidad de Louth Bay, localidad del sur del país, relató a la agencia de noticias australiana AAP lo que sucedió cuando vio el escualo.
Sin pensarlo, se metió en el agua y persiguió al tiburón hasta que le agarró, y tras pelearse con él consiguió subirlo al barco, ante la mirada atónita de sus compañeros de pesca.
Kerkhof, quien sólo sufrió un desgarro en los pantalones, dijo posteriormente que no se había dado cuenta de "la idiotez" que había cometido hasta que se despertó al día siguiente, tras dormir la borrachera. El albañil ha prometido que el próximo domingo celebrará la proeza con una comilona.
Vía: Ya.com
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